El martes los mercados ponían su atención en el discurso del presidente estadounidense en Nueva York, en el que criticó nuevamente a la Reserva Federal por no bajar más los tipos de interés. Ayer el referente fue el presidente de la FED en su comparecencia ante la Comisión Económica Conjunta del Congreso, donde dijo que “la postura actual de la política monetaria probablemente seguirá siendo apropiada mientras la economía estadounidense mantenga el rumbo (…) y que no está en un curso preestablecido".
Añadió que la Reserva Federal responderá en consecuencia "si surgen acontecimientos que causen una reevaluación de nuestra perspectiva", alertando que existen riesgos notables como el lento crecimiento internacional, aunque confía que la economía estadounidense siga una “expansión sostenida”. Incluyó una advertencia al señalar que en el caso de que se produzca una recesión, habrá que estar preparados para combatirla con políticas fiscales, y que eso podría ser difícil dado que la deuda federal está en un “camino insostenible”.
Describió un nuevo escenario de bajos tipos de interés, inflación, y crecimiento, que denominó “nueva normalidad”. Sus declaraciones, en línea con las del 31 de octubre cuando la Fed recortó los tipos al 1,50-1,75%, también fueron una forma de responder al presidente Trump, mostrando un mensaje de independencia de la institución que preside.