El asesor económico de la Casa Blanca declaraba ayer que aún está por ver cuánto se ha avanzado en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, pero que el presidente estadounidense espera poder lograr un acuerdo antes del plazo del 1 de marzo. A principios de diciembre, al margen de la cumbre del G20, los mandatarios de ambos países acordaron una tregua en la guerra comercial. El líder chino prometió corregir el desequilibrio comercial importando más productos agrícolas, energéticos e industriales de EE. UU. Por su parte, el presidente estadounidense acordó suspender los planes para aumentar los aranceles a productos chinos, por un valor de 200.000 millones de dólares, del 10% al 25% para allanar el camino para las negociaciones con Pekín, pero advirtió que si estos acuerdos no tenían éxito dentro de tres meses las tarifas serían establecidas según lo planeado. El plazo vence el 1 de marzo. La semana pasada altos cargos de ambos países se reunían en Washington. A mediados de este mes el representante comercial de EE.UU. y el secretario del Tesoro visitarán China para continuar las consultas y allanar el terreno para la reunión que, según prensa china, podrían celebrar los presidentes de ambos países en Vietnam, los días 27 y 28 de febrero. De las últimas reuniones, la Casa Blanca tiene una “buena impresión”, aunque también es consciente de que “todavía hay mucho trabajo por hacer”.