El futuro del Brexit, previsto para el 29 de marzo, sigue siendo muy incierto. Hay pocas esperanzas de que hoy el parlamento apruebe el acuerdo de la primera ministra británica. Entre las posibilidades que caben están un acuerdo de última hora, una salida desordenada, un nuevo referéndum, incluso permanecer en el bloque. En un último esfuerzo por convencer a los parlamentarios que apoyan el Brexit y que han asegurado en repetidas ocasiones que rechazarán su acuerdo de divorcio, la primera ministra advertía ayer de que la salida prevista podría verse frustrada. La UE y la mandataria británica fijaron ayer en un intercambio de cartas algunas garantías mutuas. En una respuesta conjunta a las preguntas de May, los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, afirmaron en su carta que la UE es firme en su compromiso de intentar alcanzar un acuerdo posterior al Brexit para finales del próximo año, con el objetivo de evitar la aplicación del impopular “mecanismo de seguridad irlandés”. No obstante, llegada la fecha, Londres tendría la opción de prolongar un periodo de transición para evitar la activación del mecanismo de seguridad, es decir, evitar una aduana fronteriza "dura" entre Irlanda -miembro de la UE- y la provincia británica de Irlanda del Norte. Si pese a todo se llegara a activar el mecanismo de seguridad, solo se aplicaría de manera temporal, hasta que fuera sustituido por un acuerdo posterior que garantice que se evite una frontera dura. Aunque la UE ha afirmado que este compromiso tiene peso legal, para algunos diputados estas garantías no son suficientes al considerar que la carta no es legalmente vinculante.