En su primer acto público en solitario como representante del BCE, al que se incorporó como vicepresidente el pasado 1 de junio, Guindos declaraba ayer que "la benigna reacción que siguió al anuncio de nuestra decisión respalda lo apropiado de nuestra actual evaluación". También destacaba en su discurso que la economía de la zona euro mantendrá su tendencia al crecimiento en los próximos años a pesar de la creciente amenaza del proteccionismo y de la subida del petróleo, factores que influirán en la inflación y en el crecimiento mundial. Precisamente sobre el proteccionismo y las tensiones comerciales hablaba ayer la directora gerente del FMI. Definía la situación actual de tensiones comerciales, como momento frustrante. "Si comienzas a socavar el comercio internacional poniendo en marcha barreras, cuotas, barreras no arancelarias y trayendo ese nivel de incertidumbre (...) Eso es particularmente frustrante para aquellos de nosotros que hemos trabajado duro para mejorar el sistema. Por eso estamos preocupados", añadió la titular del FMI en una conferencia en Dublín. Lagarde señaló que con la economía mundial en una situación razonablemente buena -con un crecimiento del PIB del 3,9% previsto para este año "siempre que las cosas vayan en la dirección correcta"- los dirigentes deberían estar concentrándose, en cambio, en problemas como el cambio climático, la desigualdad y la deuda.