Aunque el euro parece mostrarse ajeno a la situación en Cataluña, en otros mercados la incidencia negativa es clara. Ayer, el Ibex 35 caía cerca de un 1% y el Tesoro colocaba Letras por un importe en línea con el objetivo de colocación pero a unos tipos que, pese a seguir en territorio negativo, eran superiores a los de la anterior subasta. La tensión en el mercado de deuda también se reflejó en el hecho de que ayer los bancos pidieron más dinero prestado en la subasta de liquidez semanal del BCE que en cualquier momento durante los últimos seis meses. Treinta y tres bancos de la zona euro pidieron un total de 21.300 millones de euros en la subasta en la que pueden pedir fondos prestados por una semana para cumplir con sus obligaciones diarias. Fue la mayor cantidad desde marzo y rompió una tendencia que mostraba que los bancos han reducido de forma constante su dependencia del efectivo del BCE desde 2015. Una semana antes, el BCE había prestado sólo 3.200 millones de euros. Operadores de este mercado apuntaban a que podría ser una señal de que los bancos temían movimientos en el mercado de financiación si el desafío de Cataluña se llevaba a cabo y, como consecuencia, el BCE podría cortar la liquidez a sus entidades. Mientras tanto, a la espera del desenlace de la crisis catalana, ayer el FMI mantenía las previsiones de crecimiento para España este año en el 3,1% y elevaba las del 2018 al 2,5%, una décima por encima de las previsiones de julio y cuatro décimas por encima de las primeras estimaciones de abril. La institución sitúa a la economía española como la más dinámica de las grandes economías desarrolladas, seguida de Canadá, con un 3,0% y de Estados Unidos, con un 2,2%.