En su informe trimestral, el Banco Internacional de Pagos pone el énfasis en algo que viene siendo evidente desde hace unos meses. Los inversores se están centrando más en la política y son más selectivos en sus compras, una señal de que los mercados podrían estar reduciendo su dependencia del respaldo que ofrece la política expansiva de los bancos centrales. La institución apunta que hay una creciente discriminación respecto a los tipos de activos, en contraste con el "comportamiento de manada" en favor de los activos que caracterizó los últimos años. Al mismo tiempo destaca que una característica de la reciente evolución del mercado es la amplia dispersión de las rentabilidades entre clases de activos, sectores económicos y regiones geográficas, lo que contrasta con gran parte del periodo posterior a la Gran Crisis Financiera, cuando las bolsas de las economías avanzadas y en desarrollo, los diferenciales soberanos de las economías emergentes, los rendimientos a largo plazo en Europa, el dólar y los diferenciales corporativos en ambas economías parecían evolucionar en paralelo. La correlación entre los activos se ha ido reduciendo al tiempo que ha aumentado la incertidumbre de las políticas: incertidumbre sobre el calendario y el alcance de una serie de cambios en las políticas estadounidenses, y en la zona euro inquietud por los posibles desenlaces de las políticas en un año electoralmente complicado.