Un recrudecimiento de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, los aranceles a la industria automotriz y un Brexit desordenado. Todos ellos podrían ralentizar aún más la actividad y debilitar la inversión, lo que ha llevado de nuevo al FMI a reducir sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo. En su informe de julio sobre Perspectivas de la Economía Mundial, el organismo ha recortado a 3,2% su previsión sobre la expansión de la actividad global para 2019 y prevé un repunte a 3,5% para el 2020. En ambos casos las estimaciones reflejan una rebaja de 0,1 puntos porcentuales frente a las proyecciones emitidas por el Fondo en abril. Según el informe, los riesgos se inclinan a la baja, en vista de las nuevas tensiones comerciales, que podrían frenar al sector tecnológico, impactar en las cadenas globales de suministros y perjudicar la inversión.
Para Estados Unidos, el FMI eleva su previsión del crecimiento económico a 2,6% en 2019, aunque deja sin cambios su previsión para el año próximo a 1,9%. Eleva su estimación sobre el avance del PIB en la zona euro a 1,6% en 2020, dejando intacta la proyección de crecimiento de este año en 1,3%. La escalada en los aranceles de Estados Unidos y una menor demanda externa están presionando a la economía china, que crecería 6,2% en 2019 y 6% en 2020. También recorta las estimaciones de crecimiento de Latinoamérica, ante una desaceleración más acentuada prevista en Brasil y México.