El BCE mantuvo ayer, como se esperaba, la política monetaria sin cambios y reitera su objetivo de cancelar el programa de compra de activos a final de año pese a que el panorama de crecimiento sigue empeorando y a la incertidumbre política en Italia. Admitiendo un impulso reciente más débil en la economía de la zona euro, el presidente del BCE habló sobre lo que llamó "un montón de incertidumbres" relacionadas con el proteccionismo comercial, los mercados emergentes y la volatilidad de los mercados financieros. "¿Es este un cambio suficiente para hacernos mudar el escenario base? La respuesta es 'no'", declaró en una rueda de prensa para justificar la decisión del BCE de mantener la opinión de que los riesgos siguen "ampliamente equilibrados". Agregó que “la fortaleza subyacente de la economía sigue respaldando nuestra confianza de que la convergencia sostenida de la inflación a nuestra meta procederá y será mantenida incluso después de una reducción gradual de nuestras compras netas de activos". Después de que la Unión Europea tomó la medida sin precedentes de rechazar el presupuesto de Italia esta semana, el Presidente del BCE fue preguntado sobre la escalada de la disputa política entre Roma y Bruselas debido al abultado presupuesto del endeudado país. El presidente del BCE afirmó estar confiado en que se pueda llegar a un compromiso y destacó el costo de la disputa para Italia debido al incremento del rendimiento de la deuda.