El mensaje de los bancos centrales de que “haremos lo que sea necesario” es unánime en la actual crisis, y ayer el BCE lo confirmó. La autoridad monetaria europea amplió notablemente su programa de compra de bonos en un nuevo esfuerzo por apoyar la economía de la zona euro.
Aumentó el tamaño de su Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP) de 750.000 millones de euros a 1,35 billones de euros y lo prorrogó hasta junio de 2021 como mínimo, con la promesa de reinvertir los ingresos al menos hasta finales de 2022. "En respuesta a la revisión a la baja del horizonte de proyecciones de inflación por la pandemia, la expansión del PEPP relajará aún más la postura general de política monetaria, apoyando las condiciones de financiación de la economía real, especialmente para las empresas y los hogares", dijo el BCE. Su presidenta apuntó que los datos confirman una contracción sin precedentes en la zona euro, aunque sugieren cierta mejoría.
El BCE espera ahora una contracción del PIB en la zona euro del 8,7% este año antes de repuntar a un crecimiento del 5,2% el año que viene y crecer un 3,3% en 2022. En marzo, el banco central anticipaba todavía un crecimiento este año del 0,8%. También ha revisado a la baja sus proyecciones de inflación. Pronostica que la inflación baje al 0,3% este año antes de subir al 0,8% en 2021 y el 1,3% en 2022. Hace tres meses esperaba una inflación del 1,1% en 2020, del 1,4% en 2021 y del 1,6% en 2022.