La Comisión Europea pidió hace un año al expresidente del BCE y ex primer ministro italiano, Mario Draghi, que redactara un informe sobre cómo la UE debe mantener la competitividad de su economía, más ecológica y digital, en un momento de creciente fricción a escala mundial.
Ayer, el propio Draghi presentaba el informe, apuntando que la UE necesita una política industrial mucho más coordinada, decisiones más rápidas e inversiones masivas si quiere seguir el ritmo económico de sus rivales, Estados Unidos y China.
Afirma que el bloque necesita una inversión adicional de entre 750.000 y 800.000 millones de euros al año, hasta el 5% del PIB, muy superior incluso al 1-2% del Plan Marshall para la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. "El crecimiento lleva mucho tiempo ralentizándose en Europa, pero lo hemos ignorado", dijo Draghi.
"Ahora ya no podemos ignorarlo. Ahora las condiciones han cambiado: el comercio mundial se está ralentizando, China se está ralentizando mucho y se está abriendo mucho menos a nosotros, (...) hemos perdido a nuestro principal proveedor de energía barata, Rusia".
En el informe también señala que los países de la UE ya han respondido a las nuevas realidades, pero su eficacia se ve limitada por la falta de coordinación y aunque las actuales fuentes de financiación nacionales o de la UE cubrirán algunas de las inversiones necesarias, podrían ser precisas nuevas fuentes de financiación común, algo a lo que Alemania se ha mostrado reacia a aceptar en el pasado.
El Gobierno neerlandés se ha pronunciado al respecto, señalando que está de acuerdo con algunas propuestas presentadas por Draghi, pero advierte que las inversiones públicas no deben ser un "fin en sí mismas".