Como medida para impulsar la capacidad de los bancos pequeños para apoyar a la economía real, esta semana el Banco Popular de China comenzará a comprar préstamos bancarios concedidos por bancos locales a pequeñas empresas, con el objetivo de que las entidades financieras lleguen a prestar hasta 1 billón de yuanes. Los bancos tendrán que recomprar los préstamos pasado un año y el banco central no asumirá los riesgos de crédito si estos se deterioran. Se trata de estimular el crédito y evitar cifras como las del primer trimestre de este año, en el que se registró una contracción del PIB del 6,8% en términos interanuales, el primer retroceso en casi medio siglo.
Aquí en Europa mañana se reúne el BCE, y también, a tenor de las declaraciones de algunos de sus miembros y según las actas de su última reunión, tiene toda la predisposición para seguir actuando con nuevos estímulos. En materia fiscal, las nuevas actuaciones corresponden a cada uno de los países del grupo. Según un semanario alemán, la canciller alemana se dispone a debatir con sus socios de la coalición socialdemócrata un nuevo paquete de estímulos que podría estar entre los 75.000 y los 80.000 millones de euros. Alemania es uno de los países que ha adoptado medidas fiscales de mayor calado, entre las que se incluye un presupuesto suplementario de 156.000 millones de euros y la movilización de unos 757.000 millones de euros en garantías públicas a préstamos para empresas y aseguradoras de crédito.