La rentabilidad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos caía ayer por segunda sesión consecutiva y en línea con ellos, también caía la rentabilidad del bono alemán. A los últimos mensajes de cautela y prudencia de la Fed, se sumaba ayer la preocupación por la desaceleración del crecimiento en Alemania.
Contra pronóstico, los pedidos industriales alemanes cayeron en diciembre ante la débil demanda exterior, aportando así una nueva señal de que las empresas alemanas se enfrentan a los problemas de desaceleración de la economía mundial y a las tensiones comerciales. Los contratos para comprar productos hechos en Alemania disminuyeron un 1,6%. En el mes anterior se produjo una caída del 0,2%.
El retroceso se debió en gran parte a una caída del 5,5% en los pedidos industriales de clientes fuera de la zona euro, mientras que los pedidos nacionales se redujeron en un 0,6%. Tras el dato, la rentabilidad del bono alemán a 10 años caía a un mínimo del 0,15%. En todas las economías, cada nuevo dato macro muestra como las tensiones comerciales sigue restando actividad.
Las palabras del presidente de EE.UU. en su discurso sobre el Estado de la Unión del martes, señalando que cualquier nuevo acuerdo comercial con China "debe incluir un cambio real y estructural para acabar con las prácticas comerciales injustas, reducir nuestro crónico déficit comercial y proteger los empleos estadounidenses" muestran su escasa predisposición a hacer cesiones en las conversaciones de la próxima semana.