Paso a paso, la crisis del coronavirus está forzando a la UE a una mayor integración. Desde la institución se ha venido diciendo estos días que en relación al primer gran paquete de medidas a nivel de los 27 contra los efectos del coronavirus para la economía había entendimiento en el 95% del contenido y que faltaba apenas un 5% del camino por recorrer.
Pues bien, tras una reunión que comenzó ayer tarde y que aún no ha finalizado continúa sin llegarse al 100%. Los “halcones” siguen queriendo tener garantías de que los fondos que obtengan los países se usarán bien para fomentar el crecimiento y no se “malgastará” como temen los países del norte. Y en cuanto a los eurobonos, la respuesta de los halcones es clara: no. Durante años, Alemania y los Países Bajos se opusieron a la compra de bonos por parte del BCE. Se necesitó una crisis de deuda, una recesión y precedentes establecidos por otros bancos centrales para suavizar su oposición en 2015. Ahora, nos encontramos ante una nueva crisis y sería el momento para avanzar en esa mayor integración que supondría la emisión de los coronabonos. Sería dar un gran paso adelante.
Mientras tanto, en Japón, tras declarar ayer el estado de emergencia, su gobierno no tardó en anunciar un enorme paquete de medidas para amortiguar el daño económico y aprobó un paquete de estímulo por valor de 108 billones de yenes, equivalente al 20% del PIB de Japón. El gasto fiscal directo ascenderá a 39 billones de yenes, el 7% del PIB, más del doble de la cantidad que Japón gastó tras el colapso de Lehman Brothers en 2008.