Los mercados están rotos y las actuaciones de los bancos centrales no consiguen cambiar la percepción de riesgo. Ayer le tocaba el turno al BCE. La institución monetaria aprobó nuevas medidas de estímulo para ayudar a la economía de la zona euro a hacer frente al creciente coste de la epidemia de coronavirus, pero mantuvo los tipos de interés sin cambios.
Dijo el BCE que ofrecerá nuevos préstamos a los bancos, junto con mecanismos de liquidez previamente acordados a tipos de interés aún más favorables y aumentará temporalmente la compra de activos para ayudar a la economía a hacer frente a la situación. "Se añadirá una dotación temporal de compras de activos netos adicionales de 120.000 millones de euros hasta finales de año, para garantizar una fuerte contribución de los programas de compra del sector privado", dijo el BCE.
Los mercados habían dado por descontado un recorte de 10 pb en el tipo de depósitos, hasta el -0,6%, aunque algunos miembros del comité ya habían expresado un profundo escepticismo sobre el valor de nuevos recortes. En la conferencia de prensa posterior, su presidenta pedía una respuesta coordinada de los gobiernos y las instituciones monetarias y de nuevo insistía en una respuesta fiscal ambiciosa por parte de los gobiernos.
Pocas horas después de la reunión del BCE, la Fed de Nueva York anunció que inyectará 1,5 billones de dólares en nuevas operaciones de repos esta semana y comenzará a comprar parte de sus compras mensuales de bonos para frenar el pánico ante el desplome de los mercados.