El aumento de los contagios por COVID-19 en Europa y las nuevas medidas de confinamiento que se están adoptando ponen en duda la recuperación económica. Dinamarca, Grecia y España han introducido nuevas restricciones y Reino Unido estudia un segundo confinamiento nacional. También el ministro de salud de Alemania ha señalado que el aumento de las infecciones en países como Francia, Austria y Holanda es preocupante. Con todo, no es de extrañar que la aversión al riesgo se haya vuelto a imponer en los mercados.
Mientras tanto, desde el BCE se habla de una forma más abierta sobre la apreciación del euro. Ayer, su presidenta decía que la institución está muy atenta a la apreciación del euro y “lo tomamos en cuenta al determinar nuestra política monetaria”. También desde el Bundesbank se hace una reflexión al respecto.
Cuatro estudios publicados ayer por el banco central alemán sugieren que la influencia del BCE sobre el tipo de cambio es significativa y ha crecido más desde última crisis financiera, al igual que la volatilidad que se produce en los días previos a los que divulga decisiones de política monetaria. Uno de los estudios determinó que el impacto del BCE fue muy alto cuando el banco estableció tipos de interés ultrabajos por un largo período y se calcula que debilitaron al euro en 0,70% contra el dólar, el yen japonés y la libra esterlina. "Esto sugiere que los potenciales efectos del tipo de cambio deberían ser tomados en cuenta cuando se comunica la política monetaria", señala el Bundesbank, apuntando que le guste o no, el BCE tiene una enorme influencia sobre el euro.