A comienzos de año, las tensiones entre Estados Unidos y China disminuyeron después de firmarse el acuerdo comercial de la Fase I, mientras que Washington, Bruselas y Tokio acordaron nuevas reglas comerciales globales. Sin embargo, la crisis del coronavirus ha alterado el escenario. Los países de todo el mundo impusieron restricciones a las exportaciones de suministros médicos y medicamentos y, en algunos casos, de alimentos. Para los productos médicos, fue más de 20 veces el nivel habitual.
Esas restricciones se están levantando, pero la pandemia ha reforzado los argumentos proteccionistas. El presidente de los Estados Unidos dijo que quiere cortar los lazos con China. La Unión Europea está planeando establecer barreras a la inversión respaldada por China, y China está exigiendo declaraciones de que las importaciones de alimentos están libres de virus.
En las últimas dos semanas, Estados Unidos se retiró de las negociaciones con los países europeos sobre un impuesto a las empresas digitales y prometió un "restablecimiento amplio" de un conjunto de aranceles sobre una nueva gama de productos europeos, manteniendo la presión en una disputa de 16 años sobre los subsidios a la fabricación de aviones. Tanto China como Europa se están preparando para unas relaciones comerciales más difíciles en el período previo a las elecciones presidenciales de EE. UU., y que podrían suavizarse si el candidato demócrata lograse la victoria en las elecciones presidenciales norteamericanas.