La atención de esta semana está centrada en la reunión del BCE del próximo jueves, la primera después de anunciar la revisión de su estrategia. A principios de la semana pasada la presidenta del BCE calificó la reunión de este jueves como “importante” y prometió “cambios interesantes”, aunque desde entonces las declaraciones han sido mínimas. Además de la reunión del BCE los mercados siguen pendientes del aumento de contagios a nivel global, y especialmente en varios países europeos y en Estados Unidos y el efecto que puede tener sobre la recuperación económica. En este sentido, ayer el Banco Central de Alemania, el Bundesbank, señalaba que el crecimiento económico en Alemania podría acelerarse aún más este verano si no hay retrocesos significativos en la lucha contra la pandemia y se alivian, al menos gradualmente, los cuellos de botella en los suministros.
Por otro lado, uno de los miembros del Banco de Inglaterra, que se reúne el 5 de agosto, dijo ayer que, en el plazo inmediato el riesgo de un endurecimiento de la política monetaria con carácter preventivo que frene la recuperación económica sigue superando el riego de un periodo temporal de inflación por encima del objetivo. Con estas declaraciones se distancia de otros dos miembros que la semana pasada dijeron que podría ser necesario una política monetaria más estricta. Además, señaló que la economía británica aún no se ha recuperado por completo y se enfrenta a dos vientos en contra: la variante delta altamente transmisible y un endurecimiento de la política fiscal.