Ayer se publicaron los datos de inflación de Estados Unidos correspondientes al mes de diciembre, y que mantienen la senda de descenso que se inició en los últimos meses de 2022. El índice general de precios bajó un -0,1% frente al +0,1% de noviembre. Los índices subyacentes, que excluyen alimentos y energía, subieron un +0,3% frente al +0,2 de noviembre. En términos interanuales la inflación general se situó en el 6,5% y la subyacente en el 5,7%, ambas por debajo del 7,1% y 6,0% en noviembre.
La fortaleza del mercado laboral de EE.UU. aumenta al alza la presión sobre los salarios y dificulta aún más el control de los precios. Diciembre fue el decimotercer mes consecutivo en el que la inflación subyacente se incrementó más que el crecimiento de los salarios, lo que significa que el poder adquisitivo de los trabajadores ha estado disminuyendo durante más de un año. Con la mejora de la inflación, los mercados refuerzan el posicionamiento de que la Fed dejará de subir los tipos de interés pronto, antes de comenzar a bajarlos en la segunda mitad del año. Sin embargo, desde la Reserva Federal en los últimos días reiteran que los tipos de interés seguirán subiendo y que se necesitará mantener los tipos más altos durante algún tiempo para reducir las presiones sobre los precios.
Esta diferencia de posicionamiento se puede deber en gran parte a que los mercados centran su atención en los próximos seis meses, mientras que la Fed tiene una visión de más largo plazo y podría estar considerando que el descenso actual de la inflación es un efecto transitorio.