De nuevo, comentarios del presidente del BCE han confirmado que la institución no tiene prisa por cambiar su ultraexpansiva política monetaria de tipos de interés negativos y masivas compras de bonos, a pesar de las opiniones contrarias de países de la zona euro, como Holanda y Alemania. Ayer declaraba en una audiencia ante el parlamento holandés que los últimos datos confirman que la recuperación cíclica de la economía de la zona euro es cada vez más sólida y que los riesgos a la baja han disminuido. Sin embargo, “las presiones inflacionistas subyacentes siguen siendo moderadas y aún no han mostrado una tendencia convincente al alza”. El mercado espera que en su reunión del próximo mes, el BCE cambie el tono de su mensaje de política para reflejar una mejora de la situación económica, pero manteniendo en modo de espera las medidas en vigor. Mientras tanto, en Estados Unidos los precios de importación aumentaron en abril más de lo previsto, subiendo por quinto mes consecutivo, lo que podría ayudar a impulsar la inflación y apoyar la subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, pese a que la economía no está mostrando el vigor esperado. Esta semana, el secretario de Comercio estadounidense reconocía que el objetivo de crecimiento del 3,0% de la nueva administración no se podrá alcanzar este año.