Ayer, la presidenta del BCE volvía a insistir en que la inflación es temporal. Mientras otros bancos centrales se encaminan hacia una política monetaria más estricta, Lagarde dijo que el Consejo de Gobierno del BCE había realizado un prolongado "examen de conciencia" sobre su postura, pero concluyó que era la correcta. Rechazó las apuestas del mercado de que la elevada inflación forzaría una subida de tipos de interés el próximo año en la zona euro, reafirmando con ello la percepción de que las presiones sobre los precios se aliviarán para entonces.
En la conferencia de prensa posterior a la reunión dijo que este asunto dominó la discusión de política monetaria de la reunión. "Hablamos de inflación, inflación, inflación". Lagarde identificó los precios más altos de la energía, un desajuste global entre la recuperación de la demanda y la oferta, y efectos de base específicos, como el fin de un recorte en el impuesto a las ventas en Alemania, como los tres factores principales que impulsaban temporalmente la inflación de la zona euro. “Seguimos viendo una inflación en el medio plazo por debajo de nuestro objetivo del 2%", afirmó.
Los comentarios de la presidenta del BCE no han cambiado las expectativas de los inversores que dudan de la opinión de la institución en cuando a la inflación. De hecho, las expectativas de inflación de los consumidores están aumentando rápidamente en la zona euro y los mercados esperan un alza de tipos para fines del próximo año, lo que abre una brecha entre la propia guía del BCE y las previsiones del mercado.