La semana pasada el FMI pronosticó que el ritmo de crecimiento de la economía de China continuará moderándose progresivamente, con un crecimiento del 6,3% para este año y de un 6,1% en 2020 frente al 6,6% registrado en 2018. Con el fin de tratar de impulsar el crecimiento económico y alcanzar el rango objetivo de crecimiento del PIB en 2019 de entre el 6% y 6,5%, las autoridades han puesto en marcha medidas fiscales orientadas especialmente a favorecer la actividad y el desarrollo empresarial.
El banco central de China pidió el lunes una mayor coordinación entre la política monetaria, las medidas fiscales y otras acciones económicas.
El banco central señaló que se han producido algunos cambios positivos estructurales en el primer trimestre, pero que los problemas profundos persisten. La declaración se produjo después de una reunión de comité, y en la que reiteró su compromiso con una política monetaria prudente que no sea ni demasiado flexible ni demasiado estricta y garantizar una liquidez bastante amplia en el mercado interbancario.
China publicará mañana las cifras de crecimiento económico del primer trimestre, en las que se espera que se sitúe por encima del objetivo límite inferior del 6% para 2019, y cuyo cumplimiento dependerá en gran medida del acuerdo comercial que puedan alcanzar Estados Unidos y China. En relación con estas negociaciones, el secretario del Tesoro de Estados Unidos manifestó el sábado en el marco de las asambleas que se están llevando a cabo en el FMI que las dos partes estaban cerca de la “ronda final” y que el acuerdo entre los dos países iría más allá de los acuerdos previos.