Alemania, la principal economía de la zona euro sigue dando muestras de ralentización. Ayer se publicó el índice IFO de confianza empresarial, que en junio registró un descenso de tres décimas hasta situarse en 97,4 puntos, que son mínimos desde noviembre de 2014. El sector manufacturero acumula doce meses consecutivos de descensos, y el de servicios también empeoró como consecuencia de unas expectativas menos optimistas.
El presidente del IFO resumió la situacion diciendo que “la economía alemana se dirige a un estancamiento”. La semana pasada el instituto señalaba que el sector manufacturero, que está orientado a la exportación, está en recesión y aunque mantenía la prevision de crecimiento para Alemania en el 0,6% en 2019, rebajaba en una décima, hasta el 1,7%, la de 2020. A principios de mes el Bundebank tambien revisaba sus pronósticos de crecimiento del PIB al 0,6% para 2019 desde el 1,6% anticipado en diciembre y ajustaba las estimaciones del 2020 al 1,2% desde el 1,6%. Por otro lado, en Estados Unidos el índice de actividad publicado ayer por la Fed de Chicago mostró un significativo descenso en junio, a -12,3 puntos desde el -5,3 de mayo, incrementando las dudas sobre las expectativas de crecimiento de cara al segundo semestre del año.
Si tomamos estos datos como indicadores adelantados, se refuerzan los argumentos señalados por el BCE y la Fed la semana pasada para apoyar un cambio hacia políticas monetarias más flexibles e incluso contemplar una bajada de tipos.