EEUU y China se enfrentaron ayer en una reunión de la OMC. Los representantes de ambos países se acusaron mutuamente de hipocresía y de usar el organismo para promover políticas contrarias al comercio. Es una clara muestra que la tensión comercial entre ambos países está lejos de resolverse a corto plazo, un factor que ha llevado a la OCDE a rebajar sus previsiones de crecimiento para el próximo año. Según el organismo, las tensiones comerciales y unos tipos de interés más altos están desacelerando la economía global, aunque por ahora no hay indicios de un drástico deterioro económico. Pronostica que el crecimiento mundial se reduciría de un 3,7% este año a un 3,5% en 2019 y 2020. En sus anteriores previsiones, esperaba un crecimiento de un 3,7% para 2019. La desaceleración del crecimiento mundial sería peor en los países no miembros de la OCDE, y muchas economías de mercados emergentes podrían sufrir salidas de capital por la subida gradual de tipos de interés por parte de la Fed. Según sus cálculos una guerra comercial en toda regla y la incertidumbre económica resultante podrían restar hasta un 0,8% del producto interior bruto mundial. Aunque se encuentra en el origen de las tensiones actuales, el organismo prevé que a la economía de Estados Unidos le vaya mejor que a la mayoría de las otras grandes economías, aunque debido a un costoso estímulo fiscal.