Ayer, Deutsche Bank presentaba el documento “Perspectivas Económicas y Estrategia de Inversión para 2018”. Una de las principales conclusiones del documento es que pronostica un buen rendimiento de la renta variable europea y emergente el próximo año frente a los índices estadounidenses, para los que ve un recorrido más limitado. Para Estados Unidos, prevé un crecimiento del 2,3% apoyado por una mejora de la economía global, el consumo doméstico y el crecimiento de los beneficios corporativos. Espera que la reforma fiscal que está encima de la mesa se apruebe a principios de 2018, lo que supondrá un fuerte estímulo para la economía estadounidense y podría fortalecer el dólar en los próximos meses con una cotización frente al euro cercana a los 1,15 dólares. Para la zona euro prevé que el crecimiento se moderará en 2018 hasta el 2%. Apunta varios factores de incertidumbre, como las próximas decisiones que adopte el BCE y las elecciones en Italia que se celebran el próximo año, al mismo tiempo que siguen pendientes las negociaciones del Brexit y la formación de Gobierno en Alemania. A este respecto, ayer, un alto cargo del partido de la canciller alemana señaló que las conversaciones para formar un nuevo gobierno de “gran coalición” podrían no comenzar hasta el próximo año, más de tres meses después de unas elecciones en las que los dos mayores partidos perdieron votos, prolongando con ello la incertidumbre en la mayor economía de la zona euro.