De forma virtual, ayer comenzó el foro anual que el BCE celebra anualmente en Sintra (Portugal) en el que los responsables de los principales bancos centrales del mundo analizan por qué la política monetaria no funciona como solía hacerlo y qué rol podrían desempeñar en un mundo distinto.
En el discurso de inauguración, la presidenta del BCE dijo que el Programa de Compras de Emergencia Contra la Pandemia (PEPP) del banco y las Operaciones de Refinanciación a Largo Plazo (TLTRO) seguirán siendo las principales herramientas para ajustar la política monetaria. Sobre estos dos programas, el BCE conformará en su reunión del 10 de diciembre el nuevo paquete de estímulos para ayudar a la economía de la zona euro frente al impacto por la pandemia.
Señaló que el objetivo del trabajo del BCE era mantener los costes de endeudamiento lo suficientemente bajos para los hogares, empresas y gobiernos, y apoyar al sector bancario para evitar una crisis crediticia. En una señal de que el BCE podría extender ambas políticas de manera significativa, su presidenta enfatizó que "la duración del apoyo de la política monetaria" será la necesaria para garantizar que todas las partes de la economía cuenten con condiciones de financiación que sigan siendo "excepcionalmente favorables".
Además apuntó que es probable que ahora la inflación en la zona euro se mantenga en niveles negativos durante más tiempo de lo esperado, en momentos en que una segunda ola del brote de COVID-19 obliga a imponer nuevas restricciones a la actividad económica.