La OCDE señaló en sus nuevas Perspectivas Económicas que la economía mundial debería evitar una recesión en 2023, aunque la peor crisis energética desde los años 70 provocará una fuerte desaceleración, y añadió que la lucha contra la inflación debería ser la máxima prioridad de los responsables de las políticas monetarias. El organismo pronosticó que el crecimiento económico mundial se desacelerará del 3,1% este año -un poco más de lo previsto por la OCDE en sus proyecciones de septiembre- al 2,2% el próximo año, antes de acelerarse al 2,7% en 2024.
La OCDE señaló que la desaceleración mundial está afectando a las economías de forma desigual, y que Europa es la más impactada por la guerra de Rusia en Ucrania, golpeando a la actividad empresarial y provocando un aumento de los precios de la energía. Prevé que la economía de los 19 países de la zona euro crezca un 3,3% este año y luego se ralentizará hasta el 0,5% en 2023, antes de recuperarse y crecer un 1,4% en 2024. Esta previsión es algo mejor que la que hizo en septiembre, que estimaba un crecimiento del 3,1% este año y del 0,3% en 2023.
Para Estados Unidos pronostica que la economía se mantendrá mejor, ya que se espera que el crecimiento se reduzca del 1,8% este año al 0,5% en 2023, antes de aumentar al 1% en 2024. Para China, que no es miembro de la OCDE, es una de las pocas economías importantes que se espera que recupere el crecimiento el próximo año. La expansión en este país pasará del 3,3% este año al 4,6% en 2023 y al 4,1% en 2024, frente a las previsiones anteriores del 3,2% en 2022 y del 4,7% en 2023.