A Estados Unidos le vuelve a preocupar la fortaleza de su moneda. Ayer, el subsecretario del Tesoro declaró en el Congreso que Estados Unidos no permitirá que China y otros países manipulen sus monedas para obtener ventajas en las exportaciones. En una audiencia de la Comisión Bancaria del Senado dijo que el presidente y la secretaria del Tesoro, "han sido muy claros en cuanto a que no permitiremos que ningún país utilice injustamente su moneda para impulsar las exportaciones". También afirmó que Estados Unidos se ha comprometido a responsabilizar a China de sus medidas de competencia desleal que perjudican a los trabajadores estadounidenses, tanto de forma unilateral en Estados Unidos como trabajando de forma multilateral con sus aliados.
Precisamente ayer, el
FMI recortó las previsiones de crecimiento económico de
Asia para este año y advirtió de que una nueva ola de infecciones, las interrupciones en la cadena de suministro y las presiones inflacionarias suponen riesgos a la baja. Estima que la economía china crecerá un 8,0% este año y un 5,6% en 2022. Advierte que cualquier "
normalización inoportuna de las políticas o comunicaciones políticas erróneas" por parte de la
Reserva Federal de Estados Unidos también podría desencadenar una importante salida de capitales y un aumento de los costes de los préstamos para las economías emergentes asiáticas.