El coste de financiación de la deuda gubernamental de los países de la zona euro se sitúa en máximos de los últimos meses, y la rentabilidad de la deuda de Alemania a 10 años se sitúa en el -0,1% manteniendo una tendencia al alza hacia el 0%. Sin embargo, los miembros del BCE parecen tranquilos, una señal de que ven la mejora de la situación actual como algo real y que contrasta con lo sucedido en febrero, cuando la rentabilidad de los bonos alemanes subió 35 puntos básicos y la inflación se mantenía en el 0,9%, lo que llevó al BCE a incrementar el ritmo de las compras de deuda.
A diferencia de lo sucedido en marzo, y a la vez que ha ido aumentando el ritmo en las campañas de vacunación, el entorno económico ha mejorado como se pone de manifiesto tanto en indicadores como el consumo, actividad económica, las exportaciones, y las perspectivas de crecimiento.
La inflación interanual también ha repuntado en los últimos meses pasando del 0,9% de febrero al 1,6% en abril, lo que se traduce en que los rendimientos reales después de ajustarlos por la inflación apenas se han movido, lo que genera una cierta tranquilidad a los responsables del BCE. Si los rendimientos subiesen y la inflación se mantuviese estable, sería un escenario más preocupante ya que se traduciría en un aumento de los costes reales de financiación para empresas, familias y gobiernos.