El aumento de los precios al consumo en Estados Unidos mayor de lo esperado en abril ha puesto a los mercados en alerta por si aparecen más señales de presión inflacionista que puedan inclinar a la Reserva Federal a subir los tipos de interés. Sumándose al dato, los precios al productor también mostraron ayer un aumento por encima de lo previsto. La cuestión principal a plantearse es si este brote inflacionario es transitorio o ha llegado para quedarse.
El hecho de que la reacción de los bonos del Tesoro estadounidense al informe del IPC fuese más moderada que la de las acciones, sugiere que la opinión general es que estos aumentos de precios podrían ser todavía transitorios. Desde la FED es lo que se piensa. Los comentarios tranquilizadores de su vicepresidente el día de la publicación del dato parecen haber aplacado un poco los nervios en los mercados, al menos, temporalmente. El responsable de la institución declaró que pasará algún tiempo antes de que la economía estadounidense esté lo suficientemente saneada como para que la FED se plantee retirar sus estímulos monetarios, así como que espera que la subida de precios sea temporal.
Es cierto que la FED no va a cambiar ninguna medida por un solo dato y esperará a tener más información antes de cambiar el juego. De hecho, las sorpresas combinadas de un escaso crecimiento del empleo y una fuerte inflación en abril no parecen haber hecho mella en sus planes. Hoy contará con nuevas cifras de ventas minoristas, producción industrial e inventarios empresariales.