No es difícil encontrar argumentos a favor y en contra de que hoy la Fed suba los tipos de interés. No obstante, en el mercado se espera con un 98% de probabilidad que anuncie el aumento de un cuarto de punto en su tipo de interés de referencia, la segunda subida este año tras la que realizó en marzo. La Fed inició su primer ciclo de ajuste en más de una década en diciembre de 2015. Desde entonces, la tasa de paro ha caído a un mínimo de 16 años y el crecimiento económico parece haber recuperado algo de vigor tras un mediocre primer trimestre. Sin embargo, otros indicadores de la salud de la economía están siendo menos favorables, como la inflación subyacente, que se ha ralentizado a un 1,5% desde el 1,8% que registraba a finales de 2016. También hay dudas sobre el tamaño y el alcance del estímulo fiscal que el Gobierno de Trump pudiese inyectar en la economía estadounidense, ya que sus promesas sobre reforma tributaria, desmantelamiento de la regulación financiera y gastos en infraestructura se enfrentan a obstáculos en el Congreso. Es pues razonable que, si bien el consenso general es que hoy se anunciará un endurecimiento de la política monetaria, haya más dudas en los otros dos aumentos esperados para este año. Mientras tanto, los responsables de la mayor economía europea siguen presionando para que el BCE reduzca sus estímulos monetarios de compras de bonos y tipos negativos. "Tenemos que salir de la actual política monetaria de manera oportuna y volver a un rumbo más normal", declaraba ayer el Ministro de Finanzas alemán.