En un momento en el que la UE está en una crisis política que se puso de manifiesto en la Cumbre de Bratislava de mediados de septiembre, ayer el Presidente del BCE se mostró “optimista” con respecto al futuro del proyecto europeo y reconoció que las prioridades de la Unión Europea son ahora la política migratoria, la seguridad y la integración en defensa. No obstante, agregó, que la urgencia de estas cuestiones no debe hacer olvidar a los líderes que es necesario terminar de configurar la estructura de la eurozona, que permanece incompleta, lo que lastra la solidez del conjunto del bloque. El Presidente del BCE hizo estas declaraciones en una conferencia en un acto del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW). Con respecto a la política monetaria del BCE defendió las compras de bonos y la política de tipos de interés ultrabajos. Señaló que el BCE es consciente de los costes crecientes a los que se enfrenta el sector financiero como consecuencia de las políticas monetarias ultraexpansivas y que preferiría no tener tipos de interés negativos durante un tiempo excesivo. Considerando este mensaje, posiblemente los mercados reducirán las expectativas de que el BCE pueda recortar los tipos de interés de depósito, actualmente en el -0,4%, y que en la práctica implica cobrar a los bancos por el dinero que depositan en el banco central. El presidente con estas declaraciones también aborda una de las críticas más común de los funcionarios alemanes respecto a que los bajos tipos de interés del BCE están perjudicando a los pequeños ahorristas.