Ayer la Reserva Federal anunció que duplicará la reducción de compras de activos a 30.000 millones a partir de mediados de enero, poniendo fin a sus compras de bonos de la era pandémica en marzo. Los miembros de la Fed estiman tres subidas de tipos a lo largo de 2022 en un escenario en el que las nuevas proyecciones económicas pronostican que la inflación sería del 2,6% el próximo año, en comparación con el 2,2% proyectado a septiembre, y la tasa de desempleo se reduciría al 3,5%. El presidente señaló en la rueda de prensa que la nueva variante ómicron ha suscitado perturbaciones económicas en un entorno de repunte de inflación, que en noviembre se situó en el 6,8%, el nivel más alto desde 1982.
Hoy será el turno del BCE y del Banco de Inglaterra. En el caso del BCE, no se esperan cambios en los tipos de interés. La atención estará en si modifica la perspectiva de que la inflación es temporal, y en las proyecciones macroeconómicas para los próximos años. Además, se esperan novedades en cuanto a los programas de compra de activos, debido a que el Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP) finaliza en marzo. Entre las alternativas que se manejan está el crear un nuevo programa de compras de activos hasta finales de 2022 o aumentar el actual programa de compras desde los 20.000 millones mensuales actuales. El objetivo es evitar tensionamientos en los mercados financieros y en la deuda de los países periféricos.