Aunque la atención está puesta en la reunión de hoy del BCE, ayer la OCDE actualizó su informe de perspectivas económicas bajo el título “El precio de la guerra”.
Las nuevas estimaciones de crecimiento rebajan el crecimiento de la economía mundial para este año al 3,0% desde el 4,5% publicado en diciembre. Para el año próximo, el crecimiento se desacelerará aún más, disminuyendo al 2,8% desde el 3,2% pronosticado hace seis meses. El Secretario General de la OCDE dijo que “la guerra en Ucrania representa un alto precio para la economía global (…) y que el crecimiento global será sustancialmente menor con una inflación más alta y persistente”.
La OCDE estima que es poco probable que se produzca un alivio rápido de los altos costes, ya que se espera que la inflación alcance este año un máximo del 8,5% en los países de la OCDE antes de descender al 6,0% en 2023. En diciembre esperaba que la inflación alcanzase un máximo del 5% antes de retroceder gradualmente al 3% en 2023. A pesar de las perspectivas de menor crecimiento y mayor inflación, la OCDE ve un riesgo limitado de "estanflación" frente a lo que ocurrió a mediados de la década de 1970, cuando el shock en el precio del petróleo provocó un fuerte aumento de la inflación y un aumento del desempleo.
En el informe se señala que actualmente en las economías desarrolladas el sector servicios tiene mucho más peso y consume menos energía que en la década de 1970, y que los bancos centrales tienen más libertad para combatir la inflación. Hoy el BCE anunciará medidas y anticipará subidas de tipos a partir de julio.