Los responsables de la política monetaria británica votaron ayer por unanimidad mantener los tipos de interés en el 0,75%, tal y como se esperaba, pero a diferencia de la Fed o el BCE, el BoE mantuvo la postura de que es necesaria una política de mayor endurecimiento monetario en el futuro. El banco central mejoró su pronóstico de crecimiento para la economía británica al 1,5%, por encima del mínimo en una década del 1,2% que pronosticaba en febrero. No obstante, advirtió que el Brexit continuaba nublando las perspectivas de la política monetaria.
Mientras tanto, al contrario que el BoE, los datos económicos que se van publicando en la zona euro no permiten al BCE mejorar sus perspectivas de crecimiento para el área. La actividad de las fábricas se contrajo por tercer mes en abril, afectada por la débil demanda mundial, el aumento del proteccionismo comercial y las preocupaciones sobre la próxima salida de Reino Unido de la Unión Europea. El índice definitivo de gerentes de compras manufacturero de IHS Markit se situó en 47,9 en abril, superando el mínimo de 47,5 marcado en marzo y apenas por encima del 47,8 del dato provisional. Se trata de su tercer mes por debajo de la barrera de 50 que separa el crecimiento de la contracción. Un índice que mide el cambio en la producción -que se integra en el PMI compuesto que se publicará el lunes y que también es considerado como un buen barómetro de la salud económica- se mantuvo también por debajo de 50, subiendo a 48,0 desde 47,2 en marzo.