El BCE dejó ayer sin cambios la política monetaria, y su presidente minimizó las preocupaciones sobre la reciente debilidad económica de la zona euro. El presidente dijo que la economía sigue fuerte aunque señaló que hay evidencias de un leve retroceso con respecto a los datos de finales del año 2017. Sin embargo dijo que se prevé que “el crecimiento seguirá siendo sólido". Reiteró la confianza de los miembros del BCE de que la inflación convergerá en el medio plazo hacia el objetivo cercano, pero por debajo, del 2%. El presidente destacó que los riesgos para el crecimiento económico se han incrementado debido al aumento de las políticas proteccionistas. La economía de la zona euro acumula 20 trimestres consecutivos de crecimiento, y la atención se centra en determinar cuando el BCE podría finalizar el programa de compra de deuda, Ayer el BCE señaló que mantendrá el programa de compras de bonos hasta septiembre, o más allá, si fuese necesario. Los miembros tienen que acordar una fecha para su finalización, incluso aunque la inflación no hubiese alcanzado el objetivo. Con respecto a los tipos de cambio dijo que no se había discutido en el Consejo, aunque sigue vigilante con respecto a la evolución del tipo de cambio y de otras condiciones financieras con respecto a sus posibles implicaciones para las perspectivas de inflación.