El BCE publicó ayer las actas de la reunión del 7 y 8 de noviembre en las que muestran que existió un amplio consenso entre los 19 gobernadores y los seis miembros del consejo ejecutivo del BCE en que tenían que mantener bajos los costes de endeudamiento para respaldar el crecimiento y la inflación. En los últimos días en los mercados de bonos se barajó la posibilidad de que el BCE pudiese reducir el ritmo de las compras de deuda, que actualmente están en 80.000 millones de euros, aunque desde el banco central se dice que entre los miembros del BCE no han existido discusiones sobre esta posibilidad. Sin embargo en las actas si se hace referencia a que la inflación subyacente “aun no mostraba señales convincentes de un repunte sostenido”. Además se hace referencia a los riesgos bajistas para las proyecciones de crecimiento e inflación, citando como un ejemplo la decisión del Reino Unido de abandonar la UE. Algunos miembros incluso apuntaron que las proyecciones habían sido demasiado optimistas en el pasado. En este entorno el BCE señala su disposición para llevar la inflación hacia el objetivo del 2% y utilizar para ello “todos los instrumentos disponibles”. En las actas no se refleja ninguna intención de que el BCE pueda reducir el programa de compra de bonos, y de hecho la interpretación es la contraria y el BCE señala la importancia de seguir con el programa de compra de activos al menos hasta marzo de 2017, hasta donde está previsto, y "más allá si es necesario".