Tras las caídas sin precedentes en trimestres anteriores, la economía de Alemania creció a un ritmo récord del 8,5% en el tercer trimestre. El rebote, más fuerte de lo esperado, se debió principalmente al aumento del gasto de los hogares y al incremento de las exportaciones. Sin embargo, este panorama optimista se ve empañado por la segunda oleada de infecciones por coronavirus y el cierre parcial de la actividad para frenar la propagación de la enfermedad.
Se espera que la contracción del sector de los servicios afecte gravemente al producto interno bruto en el cuarto trimestre, mientras que las medidas de cierre en otros países probablemente golpeen también a los fabricantes orientados a la exportación. Este escenario que advierte de una posible vuelta a la recesión, no es exclusivo para Alemania.
Ayer, el BCE publicaba un documento en el que advertía de dolorosos "efectos acantilado" para hogares y empresas si gobiernos y reguladores eliminan gradualmente el apoyo económico que han brindado para amortiguar el impacto de la pandemia de coronavirus.
El BCE estima que las cinco economías más grandes de la zona euro perderán entre el 2% y el 4% de su PIB si se deja que estas medidas expiren. Sin embargo, también advertía que no deben ignorarse los riesgos de mantener este apoyo durante demasiado tiempo ya que podría frenar el crecimiento a largo plazo y poner en peligro la estabilidad financiera, al mantener con vida a las empresas ineficientes y hacer que el capital se asigne deficientemente.