La economía de EE.UU. creció más rápido de lo esperado en el cuarto trimestre, pero eso probablemente oculta otros indicadores como la demanda interna que aumentó a su ritmo más lento en dos años y medio, reflejo del impacto de las subidas de tipos de interés. El PIB aumentó entre los meses de octubre a diciembre a una tasa anualizada de 2,9% frente al 3,2% del trimestre anterior, y el dato ha sido mejor de lo esperado. En el conjunto del año 2022 el crecimiento fue del 2,1%. Los datos son del cuarto trimestre son preliminares, pero muestran que la mitad del crecimiento provino del fuerte aumento de los inventarios. El gasto del consumidor, que representa más de dos tercios de la actividad económica de EE.UU., creció a una tasa del 2,1%, lo que refleja principalmente un repunte en el gasto a comienzos del trimestre, principalmente en vehículos a motor. La demanda de bienes manufacturados de larga duración, que en su mayoría se compran a crédito, se ha moderado con fuerza y algunos hogares, especialmente los de menores ingresos han visto como se reducían sus ahorros. El gasto empresarial en equipos se contrajo y es probable que se mantenga a la baja a medida que se debilite la demanda. A pesar de los signos de una menor actividad, algunos economistas piensan que EE.UU. podría evitar la recesión, ya que la caída de la actividad no será simultánea en todos los sectores, sino que afectaría de forma progresiva a unos y después a otros.