Ayer en el foro anual de política del BCE que se celebra en la ciudad portuguesa de Sintra, el presidente de la entidad dijo que la “zona euro aún necesita un grado considerable de apoyo monetario por parte del BCE para que la dinámica de inflación sea duradera y sostenible”. Estas palabras están en línea con lo señalado tras la última reunión del BCE el 8 de junio, en las que manifestaba que el banco central mantendría los tipos de interés en el nivel actual durante un periodo prolongado de tiempo, incluso más allá de la vigencia del programa de compra de deuda y sobre el que el mercado espera. También hizo referencia al futuro de la política monetaria. Tras afirmar que “todas las señales apuntan ahora a un fortalecimiento y a una recuperación más amplia en la zona del euro y que las fuerzas deflacionarias han sido sustituidas por unas de reactivación", dijo que "la posición política se volverá más flexible, y el banco central puede acompañar la recuperación ajustando los parámetros de sus instrumentos políticos”, dejando la puerta abierta a la posibilidad de que en el tercer trimestre no extienda el programa de compra de bonos que tiene vigencia hasta fin de año. Los mercados reaccionaron ante la expectativa de una retirada acelerada de estímulos, aunque el propio presidente también dijo “que cualquier ajuste debe ser hecho de forma progresiva”.