A falta de solo 38 días para que el Reino Unido abandone la UE, lo que supondrá su mayor cambio en política exterior y comercial en más de 40 años, las divisiones sobre el Brexit han polarizado la política británica, rompiendo las líneas tradicionales de los partidos y creando nuevas coaliciones trasversales en los bloques de izquierda y derecha. Ayer un grupo de siete diputados del Partido Laborista, actualmente en la oposición, han abandonado el partido como respuesta a la estrategia del líder del partido sobre el Brexit. Hasta el momento, el líder laborista se ha aferrado a la línea de mantener "sobre la mesa" la opción de un segundo referéndum si el Gobierno de la primera ministra no lograra un acuerdo con Bruselas que ratifique el Parlamento británico. La primera opción del partido laborista son unas elecciones generales, pero también ha pedido a la primera Ministra que abandone sus "líneas rojas" y acepte su plan de una unión aduanera permanente con la UE, algo que hasta ahora la primera ministra se ha negado a hacer. En el seno del partido Conservador también hay discrepancias con respecto a cómo abordar el proceso de salida donde los miembros más euroescépticos exigen introducir cambios en la salvaguarda irlandesa. Mientras tanto, la primera ministra trata de convencer a los líderes europeos para renegociar el acuerdo.