Cuando parecía que Estados Unidos y China estaban cerca de alcanzar un acuerdo que pusiese fin a la guerra comercial, las posiciones vuelven a distanciarse. Según fuentes del gobierno estadounidense, China eliminó del borrador del acuerdo sus compromisos de cambiar las leyes para resolver las principales quejas de Estados Unidos en cuanto a la propiedad intelectual y secretos comerciales, las transferencias forzadas de tecnología, la política de competencia, el acceso a los servicios financieros y la manipulación cambiaria.
El presidente de Estados Unidos respondió en un tuit el domingo en el que prometió aumentar los aranceles del 10 al 25% a productos chinos valorados en 200.000 millones de dólares este viernes, profundizando las tensiones entre ambos países dificultando la posibilidad de avances significativos en las reuniones de esta semana en Washington. Las tensiones se mantienen, y la posibilidad de una prolongación de la guerra comercial durante el segundo semestre del año parece más probable.
La incertidumbre comercial y el Brexit son dos de los factores que están teniendo una influencia en la ralentización de la actividad económica en países como Alemania, y por extensión, la zona euro. Ayer el ministerio de economía alemán hacía referencia a ellos al señalar que el clima de negocios en el sector manufacturero ha perdido fuerza, incluso a pesar de la mejora registrada en marzo impulsada por un mayor volumen de bienes de consumo y construcción.