Con el cambio de las políticas por parte de los bancos centrales, los datos económicos están volviendo a ganar peso sobre los mercados.
Ayer se publicaron los precios de producción en Estados Unidos correspondientes al mes de marzo y que reflejan un descenso mayor de lo esperado, hasta el 2,7% interanual, siendo el nivel más bajo desde enero de 2021, frente a una estimación del 3,0% y el 4,9% del mes de febrero.
Además, ayer también se conocieron las demandas semanales por desempleo que aumentaron por encima de lo previsto, a 239K frente a los 235K esperados, lo que refuerza la idea de que el mercado laboral norteamericano va perdiendo fuerza progresivamente.
Estos dos datos siguen el resultado del IPC publicado el miércoles y que fue mejor de lo esperado, alentando a los mercados a reducir las expectativas de subidas de tipos por parte de la FED en la reunión del 3 de mayo.
Los mercados con cada dato seguirán "deshojando la margarita" de si habrá subida o no de tipos en la reunión de mayo, y de si podría haber un recorte de tipos de cara a final de año, generando una mayor volatilidad y movimientos más intensos en otros activos como el dólar.
Mientras en Europa, y según varias fuentes, cada vez son más los funcionarios del BCE están convergiendo en un aumento de 25 pb en la reunión del 4 de mayo, aunque señalan que el debate no ha terminado, y que también hay un grupo apoyando un aumento de 50 pb en mayo y otro pequeño abogando por no realizar ningún cambio.