Hace un año el BCE tuvo problemas para explicar por qué no subía los tipos de interés incluso cuando la inflación aumentaba. En los próximos meses tendrá un trabajo igualmente difícil para explicar por qué los sigue subiendo incluso cuando el ritmo de crecimiento de los precios cae rápidamente. La inflación general, que ya está dos puntos porcentuales por debajo de su máximo, seguirá bajando durante la primavera. Sin embargo, el BCE ya ha prometido otra subida de tipos en marzo y los responsables políticos también insinúan otra adicional en mayo. El problema es que las perspectivas de inflación no son tan buenas como parecen a primera vista. Las presiones subyacentes sobre los precios muestran pocas señales de disminuir y los responsables de las políticas monetarias se están centrando en esta cifra porque es un indicador de la durabilidad del crecimiento de los precios. Ayer dos de los miembros del Comité Ejecutivo del BCE señalaban que el fuerte aumento de los costes de financiación del BCE aún no se ha dejado sentir plenamente en la economía. El BCE se ha embarcado en la mayor racha de subidas de tipos de interés de su historia, pero la inflación subyacente se mantiene en máximos. Horas más tarde, el Gobernador del Banco Central de Irlanda decía que la entidad aún tiene mucho camino por recorrer para volver a situar la inflación en su objetivo del 2%, y su credibilidad-y, en última instancia, su independencia- están en juego.