Dentro de que cualquier cosa es posible con la actual administración norteamericana, la sesión de ayer incorporó el rumor de que EE.UU. puede estar considerando un ataque a la cotización del dólar de Hong Kong como una herramienta más a utilizar en el conflicto con China, en este caso a consecuencia del cambio de legislación sobre seguridad nacional aplicado a la excolonia. Parte de la amenaza consistiría en desconectar a Hong Kong del sistema internacional de pagos SWIFT.
En abril, el 43% de los pagos por este sistema se efectuaban en dólar, mientras que las transacciones en yuan representaron el 1,66%. Es una cara más de un conflicto que estos días tenía también protagonismo cambiario en la preocupación que algunos funcionarios chinos habrían manifestado por el enorme nivel de deuda norteamericano y las consecuencias para sus tenencias de activos del Tesoro. Cerca de la mitad de los 3 billones de reservas que tiene China son dólares, a lo que sumar la inmensa mayoría de los 2 billones de inversión exterior en diversos países en desarrollo también denominadas en dólares.
Han sido varias las autoridades chinas, en ejercicio o retiradas, las que han manifestado abiertamente su preocupación por la implicación que para China tiene la dependencia de la divisa norteamericana, instando a descolgarse de esa dependencia. La Reserva Federal articuló lineas de swap al inicio de la crisis de las que excluyó a China, algo más que razonable precisamente por la tenencia china de activos en dólar. En todo caso es una cara más que considerar en un conflicto cuya influencia en la economía mundial ha llegado para quedarse.