La próxima semana, y antes de que lo haga la Reserva Federal los días 19 y 20, lo hará el Banco de Japón. Algunas fuentes apuntan a que el banco central debatirá poner fin a su política monetaria de tipos de interés negativos si la encuesta preliminar sobre las conversaciones salariales de las grandes empresas que se publicará mañana arroja resultados sólidos, lo que marcaría un cambio histórico en su política monetaria.
El fin del tipo de interés negativo, vigente desde 2016, marcaría un hito en el abandono del programa de estímulos masivos del Banco de Japón y supondría la primera subida de tipos de interés de Japón desde 2007. No obstante, pese al debate, no cabe esperar que el cambio se produzca en esta reunión.
Algunos de los nueve miembros de la junta están preocupados por las recientes señales de debilidad en el consumo que ponen de relieve la fragilidad de la recuperación económica de Japón. La decisión podría aplazarse a abril, cuando el banco central tendrá más datos, como la encuesta de confianza empresarial Tankan y su propio informe trimestral sobre la situación de su economía.
Sea como fuere, cualquier decisión sobre el cambio en la política monetaria del Banco de Japón podría afectar a los mercados financieros mundiales al alterar el estatus de Japón como único proveedor de dinero barato. Por lo pronto, las negociaciones salariales anuales de este año se han iniciado con fuerza. Ayer, Toyota Motor acordó conceder a los trabajadores de sus fábricas el mayor aumento salarial de los últimos 25 años, incrementando las expectativas de que otras empresas sigan su ejemplo.