La normalización progresiva de la actividad en los mercados financieros ha venido acompañada de una mayor volatilidad. Ayer el dólar llegó a cotizar en su nivel más alto frente al euro de los últimos 14 años en niveles de 1,0342 Eur/Usd, aunque terminó cerrando la sesión norteamericana en la zona de los 1,0410 Eur/Usd, nivel en el que se ha mantenido desde entonces y que supone una apreciación de 1% con respecto a los niveles de la apertura europea de ayer. El dólar se vio beneficiado por unos datos económicos positivos que muestran un crecimiento del sector manufacturero y de los gastos en construcción y que refuerzan las expectativas de un aumento de tipos de interés por parte de la Reserva Federal. El dólar también sigue recogiendo en sus avances la expectativa de un mayor crecimiento económico en EEUU impulsado por la promesa de un recorte de impuestos y un aumento del gasto fiscal anunciado por la próxima administración norteamericana. Entre las principales divisas el yen y la libra esterlina también se deprecian ligeramente en relación al dólar. Con respecto a las principales emergentes señalar que desde el 1 de enero las autoridades chinas han modificado la forma de cálculo de cotización del yuan, pasando de 13 a 24 el número de divisas que forman parte de la “cesta” que sirve de referencia para fijar el tipo de cambio. Una de las consecuencias directas es que el yuan podrá resistir mejor el impacto de un fortalecimiento del dólar al verse compensado por la depreciación de otras divisas emergentes. Teniendo en cuenta esta nueva ponderación que incluye divisas inherentemente más volátiles, esto repercutirá en una mayor volatilidad del yuan. En relación a las dos principales divisas emergentes de Latinoamérica, ayer el real brasileño se apreció cerca de un 1% frente al dólar y el peso mexicano se depreció un 1% después de que una de las principales empresas automovilísticas norteamericanas anunciase la cancelación de una inversión prevista en México.