En un momento en el que las autoridades de la Reserva Federal evalúan la cuantía de la subida de tipos de interés en su reunión de la próxima semana, ayer recibían un buen dato. Las expectativas de inflación de los consumidores en Estados Unidos cayeron en agosto, apoyadas por un pronunciado descenso de los precios de la gasolina desde el máximo histórico de junio.
La encuesta mensual de expectativas del consumidor de la Fed de Nueva York mostró que los consumidores en agosto previeron una inflación del 5,75% durante los próximos 12 meses, por debajo del 6,2% de julio y la tasa más baja desde octubre de 2021. También prevén aumentos de precios de un promedio de 2,8% durante los próximos tres años, el ritmo más bajo desde finales de 2020, tras el 3,2% en julio.
Estos datos pueden suponer cierto alivio a las autoridades de la Fed preocupadas por que la elevada inflación pueda alterar las percepciones de los consumidores sobre lo arraigados que pueden ser los precios actuales, lo que dificultaría aún más el trabajo para contener la inflación.
Mientras, aquí en Europa, la UE y Reino Unido tratan de mitigar el impacto de lo que algunos políticos han denominado "guerra energética" con Rusia. La CE tiene previsto presentar mañana un paquete de medidas de emergencia para los 27 países de la UE, que incluye una tasa sobre las ganancias extraordinarias de las empresas energéticas y un plan de salvamento para las eléctricas que se enfrentan a una crisis de liquidez.