La decisión adoptada el sábado por Estados Unidos, sus aliados europeos y Canadá, y a la que ayer se unió Suiza de eliminar a los principales bancos rusos del sistema SWIFT ha generado ayer una gran volatilidad en los mercados, especialmente en el rublo que en su cruce con el dólar llegó a depreciarse más de un 30%. Al quedar excluidos del sistema SWIFT que sirve como sistema de mensajería entre más de 11 mil bancos e instituciones, significa que los bancos rusos no podrán comunicarse de forma segura con los bancos que están fuera de sus fronteras. Además, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE.UU. prohibió a las personas de los EE.UU. realizar transacciones con el Banco Central de Rusia, el Fondo Nacional de Riqueza de Rusia y el Ministerio de Finanzas de Rusia, inmovilizando cualquier activo del Banco Central de Rusia que se encuentre en EE.UU. o de estadounidenses, dondequiera que se encuentre. El Banco Central de Rusia elevó ayer los tipos de interés del 9,5% al 20% y dijo que liberaría 733 mil millones de rublos (8.780 millones de dólares) para aumentar la liquidez. Además, dio la orden de paralizar las operaciones de venta de activos rusos por parte de extranjeros. Las medidas tratan de aislar a Rusia de los flujos financieros internacionales, aunque en los países occidentales, especialmente en los europeos, incrementan los riesgos de un fuerte repunte de la inflación y una desaceleración económica.