El Presidente del BCE ha vuelto a remarcar el mismo mensaje de no tener prisa con respecto a una subida de tipos de interés y que en el caso de que las perspectivas económicas y de inflación se sigan enfriando, estaría dispuesto a aplicar nuevas medidas de estímulo. En un discurso en Fráncfort ha señalado que al BCE “no le faltan instrumentos” para cumplir su mandato y que los riesgos para las perspectivas de crecimiento siguen estando a la baja.
En la reunión del 7 de marzo en vista de la súbita desaceleración de la zona euro, el BCE suspendió los planes para "normalizar" su política monetaria, proporcionando a los bancos aún más liquidez y retrasando hasta el próximo año las subidas de tipos de interés, que se encuentran en mínimos históricos desde hace varios años.
Draghi dijo que la ralentización económica no presagia necesariamente una depresión grave, y sí señaló que la zona del euro estaba experimentando un deterioro más persistente de la demanda externa, lo que estaría lastrando la inversión. Agregó que las condiciones para su nuevo mecanismo de préstamos bancarios, denominadas operaciones de refinanciación dirigidas a largo plazo o TLTRO, también se calibrarán para reflejar la evolución de las condiciones económicas.
En respuesta a las quejas de los bancos sobre unos tipos de interés negativos que están afectando al negocio de préstamos, respondió que el BCE analizaría, si fuera necesario, medidas para mitigar este efecto, aunque dijo que la debilidad de los beneficios bancarios no es un resultado automático de los tipos bajos.