El BCE celebró ayer su primera reunión del año en la que dejó sin cambios la política monetaria ultraexpansiva. En la rueda de prensa el presidente del BCE dijo que los tipos se mantendrían en sus actuales niveles o que seguirían bajos por un periodo prolongado y que también está dispuesto a incrementar o alargar el plazo de sus compras de activos si las perspectivas económicas se deterioran. Señaló también que "la recuperación de toda la zona euro es del interés de todos, incluyendo de Alemania" en respuesta a las críticas, especialmente de Berlín, contra su programa de estímulos. "Los ciudadanos alemanes se han beneficiado no sólo como ahorradores sino como prestatarios, empresarios, trabajadores, como cualquier otro ciudadano de la zona euro. Así que tenemos que ser pacientes. A medida que la recuperación se afirme, los tipos reales subirán". Draghi dijo que la recuperación de la zona euro está siendo afectada por el lento ritmo de reformas estructurales e insistió en que se necesitaba un "grado muy sustancial de estímulos monetarios". Hizo referencia a los riesgos globales para la economía de la zona euro, y que era demasiado pronto para evaluar el impacto del plan de salida de Reino Unido de la Unión Europea. En resumen, la recuperación de la zona euro aún depende bastante de los estímulos del BCE y los mercados podrían verse inmersos en una mayor volatilidad si la Reserva Federal sigue aumentando sus tipos de interés, como consecuencia de la divergencia entre de políticas monetarias de Europa y Estados Unidos.